Retinol: la guía indispensable
Cuando se trata de combatir las arrugas y mantener en tu piel el brillo más saludable, no hay ingrediente que merezca más elogios que este.
Para hacernos una idea básica, el retinol -junto a otros retinoides, como el ácido retinoico y el palmitato de retinilo- es en esencia un derivado de la vitamina A, uno de los nutrientes clave para el organismo ya que impulsa la regeneración celular. Se suele agregar a los productos tópicos para el cuidado de la piel por su capacidad de estimular la renovación de la piel, aclarar el tono, reducir el acné y aumentar la producción de colágeno. También tiene una acción antioxidante contra el daño de los radicales libres, para evitar que deriven en signos visibles de envejecimiento.
A continuación, explicamos cómo incorporar a nuestra rutina el poderoso ingrediente para que nos ayude a conseguir esa tez cuidada, fresca y natural que todas queremos hoy y en futuras décadas.
Empieza en plena veintena o en tus primeros 30
Los treinta han marcado durante mucho tiempo la línea de salida para incorporar el retinol a nuestros cuidados, pero ya sea al detectar los primeros signos de la edad, como manchas solares o alguna que otra pata de gallo, o simplemente por el deseo de adelantarse y utilizar las nuevas tecnologías, muchas mujeres están comenzando a usarlo antes bajo la atenta visión, eso sí, de su dermatólogo.
Incorpóralo poco a poco y con cuidado
El equilibrio es clave. El retinol puede irritar mucho si se usa con demasiada frecuencia o si la formulación es demasiado fuerte para nuestra piel. Se recomienda comenzar con una fórmula de bajo porcentaje (de 0,01% a 0,03%) y aplicar una pequeña cantidad dos veces por semana, aumentando el uso paulatinamente para dejar que la piel se vaya adaptando.
La diferencia principal entre el retinol que nos receta el especialista y cualquier de los que podemos comprar libremente, es que el primero es mucho más potente y con un porcentaje mayor de retinol, por lo que puede costarnos mas tiempo habituarnos.
Permanece atenta a los posibles efectos secundarios
Aunque ciertos efectos secundarios -como irritación leve, sequedad o sensibilidad al sol- son bastante normales durante el periodo de adaptación a la piel, preocúpate si observas descamación, enrojecimiento o sensación de quemazón intensos. Además, las personas con pieles especialmente sensibles o que tengan problemas de rosácea o eczema , deben ser muy precavidas con el uso de retinol o evitarlo directamente.
Aplícalo de noche y no olvides cada día el protector solar
El retinol vuelve tu piel más sensible a los rayos UV y además la luz del sol disminuye la eficacia del producto. Los retinoides siempre deben ser aplicados por la noche y en el día usar protección solar, con un SPF de amplio espectro y exposición 30 o superior.
No es conveniente usarlo en las épocas del año o en las vacaciones que conlleven mucha exposición directa al sol.
En el rostro, pero no solo
Cuando te apliques tu sérum infusionado con retinol, no te olvides de extenderlo también por el cuello y el escote, áreas que descuidamos habitualmente pero donde los signos de envejecimiento suelen ser muy visibles. Si ves que estas zonas son demasiado sensibles para tu fórmula actual, añádele una gotas de una hidratante que sea rica en ceramidas para suavizarlo; o bien hazte con otro retinoide distinto que esté formulado específicamente para dichas zonas. Por lo general, contienen dosis más bajas de vitamina A, no llevan perfume y sí muchos activos calmantes.