La guía definitiva para cuidar la piel de tu cara
La piel del rostro es más fina y delicada que la del resto del cuerpo, además se encuentra expuesta durante todo el año a múltiples agentes externos que pueden dañarla, como la contaminación o los cambios extremos de temperatura.
Nos guste o no a partir de los 25 años comienzan a aparecer los primeros signos de envejecimiento y la cara es nuestra carta de presentación más visible, por ello, debemos saber cuál es el ritual de tratamiento necesario para mantenerla hidratada, sana y luminosa.
A continuación encontrarás una serie de pautas diarias en función de cada uno de los tipos de piel.
Piel grasa o con tendencia
Se caracteriza por tener poros más dilatados y mayor propensión a la secreción sebácea, de manera que su aspecto a veces puede resultar más untuoso, con brillos y tendencia a la aparición de puntos negros y espinillas.
Limpiar: tanto mañana como noche, con geles con textura jabonosa para emulsionar con agua. De esta manera, acabamos con la suciedad de los poros, evitando que se formen espinillas y puntos negros. Se recomienda solo en casos puntuales el uso de un tónico astringente.
Tratar: usar sérums libre de grasa, todos los días por la noche. Muchas pieles con tendencia acneica, a última hora del día, tan solo necesitan limpiar y aplicar un serum y prescindir de la crema hidratante.
Hidratar: todos los productos con textura de gel, pero deben ser no comedogénicos o o libres de grasa. Tanto la crema hidratante, como el fotoprotector o el maquillaje. Para este tipo de pieles funciona muy bien cremas que contengan concentraciones bajas de alfa hidroxiácidos, como el ácido glicólico, ya que funciona como un peeling químico. También es recomendable la vitaminas C y E, aporta luminosidad y son antioxidante, y el ácido hialurónico.
Pieles sensible o reactivas con tendencia a la cuperosis
Suelen ser pieles muy blancas, finas y reactivas, es decir, se ponen rojas con los cambios de temperatura o se ven alteradas a consecuencia de cualquier factor externo. En la gran mayoría de los casos, muchas de estas pieles también tienen problemas de hidratación, pues pierden agua con facilidad. También suelen tener tendencia a la cuperosis y telangiectasias, pequeñas dilataciones vasculares superficiales que producen esas antiestéticas manchitas rojas en el rostro.
Limpiar: leches limpiadoras suaves o agua micelar. En general, productos para pieles sensibles, ya que el jabón seca demasiado. Tan solo una vez, preferiblemente por la noche. Así, evitamos irritar o dañar más la protección de la piel, pero retiramos toda la suciedad acumulada de la contaminación.
Tratar: usar sérums con vitaminas C y E o ácido hialurónico todos los días por la noche.
Hidratar: cremas hidratantes suaves adecuadas a este tipo de piel -pueden ser mezcladas con una base de maquillaje- que contengan vitaminas C y E y ácido hialurónico. También son recomendables productos emolientes, ya que calman la irritación y ayudan a retener el agua. Nunca olvidar el índice de protección solar.
Pieles normales
Limpiar: geles, leches limpiadoras o agua micelar. Lo ideal mañana y noche.
Tratar: usar sérums con vitaminas C y E o ácido hialurónico todos los días por la noche.
Hidratar: crema hidratantes con vitaminas C y E, ácido hialurónico con factor de protección o una base de maquillaje con filtro solar.
Otros cuidados
Fotoprotector (todo el año y para todos los tipos de piel): en verano índices altos (30/50) y durante el resto del año con un factor tipo 15/20 es suficiente. Es lo más efectivo ante el envejecimiento de la piel, para evitar aparición de manchas y arrugas, ya que a partir de los 25 años se notan los primeros signos.
Maquillaje: si se desea, se puede aplicar el maquillaje o base junto a la crema hidratante o usar productos como algunas BB o las CC creams, que aglutinan hidratación, cobertura y filtro solar. Maquillarse no envejece la piel, siempre y cuando limpiemos adecuadamente el rostro antes de irnos a la cama.
Sérum: un concentrado de activos dermatológicos más potentes, pues requiere menos cantidad que una crema. Hay de muchos tipos: vitaminas C y E -antioxidantes-, ácido glicólico, ácido hialurónico. Este tipo de productos de uso específico son para tratar. Aunque puede aplicarse dos veces al día, se recomienda por la noche para potenciar su efecto reparador durante el descanso.